«Han pasado tres años desde la última vez que se vieron. Ahora, Leah está a punto de cumplir su sueño de exponer en una galería. Y, pese al pasado, Axel necesita formar parte de un momento como ese. Cuando sus caminos vuelven a cruzarse, Leah tiene que tomar decisiones que pueden cambiarlo todo, porque, a pesar de lo que ocurrió, los recuerdos de toda su vida siguen ahí; intactos, bonitos, únicos. Colándose en cada grieta que aún no ha cerrado»
He tenido suerte de que la segunda parte ya estuviera a la venta cuando terminé la primera, porque la historia de Axel y Leah engancha mucho.
He de decir que he sufrido bastante (muchoooo) con el ahora sí y ahora no. ¿Por qué? ¿Por qué lo complican todo? Llegó un punto en que detesté a Leah por sus bipolaridades. Me tenía harta, de veras, y me compadecí mucho de Axel. En tener que aguantarla todo el tiempo y siempre, siempre, haciendo que el culpable sea él.
Realmente la mente de Leah es complicada pero conforme lees el libro empiezas a entender todo. Esa edad en que tienes que salir de tu círculo de confort y hacer las cosas por ti misma. A aprender a vivir sola, a decidir tu futuro y resolver esos pensamientos intrusivos internos de lo que sería mejor para ti, lo que realmente es mejor para ti, y lo que quieres. Esa etapa que pasamos todos varias veces en nuestra vida (decidir el bachiller que estudiar, la universidad, el trabajo…) hasta que llegas un punto de tu vida en que sabes lo que NO QUIERES y lo que SÍ QUIERES o te gustaría, y lo que NO TE IMPORTARÍA.
Y cuando llegas ahí, es cuando ya puedes decir: sé quién soy o soy así porque quiero.
Por eso, necesité acabar el libro para entender a Leah. Axel ha había pasado por ello, aunque también tiene demonios internos, pero es diferente.
Al final de todo, te das cuenta que gracias a quienes somos, es en parte a las personas que nos rodean. Y que hay que aprender a saber estar solo y acompañado. Y eso, es lo que tanto Leah como Axel han aprendido el uno del otro.
Me ha encantado. Ha sido una montaña rusa emocional en cada capítulo.
Quizás, lo que hubiera estado bien es que hubiera más personajes implicados, no sé. La amante de Axel, Madison, se quedó la cosa en el aire. Podría haberle dado algo de más bombo a esto: celos, o el típico ¿ya no me quieres? o algo así. Fue demasiado fácil creo. También vi demasiado fácil que el amante de Leah aceptara, después de todo, lo que ocurre al final sin enfados y sin más.
Todo demasiado perfecto, como si fuera esa la única manera de finalizar la bilogía.
Pero, a pesar de eso, le doy la máxima puntuación.
Puntuación: 5/5